Traducido de dailycaller.com por TierraPura.org
La propietaria de un restaurante de Michigan, EE. UU., fue detenida el viernes después de que ignorara las restricciones estatales sobre el coronavirus y desatendiera una orden judicial, informó la fiscal general del estado, Dana Nessel, en un comunicado.
Marlena Pavlos-Hackney, de 55 años, es propietaria de Marlena’s Bistro and Pizzeria en Holland, Michigan. Fue detenida alrededor de las 5:45 de la mañana del viernes por la Policía Estatal de Michigan después de que no se entregara, según la oficina del fiscal del distrito estatal.
La policía estatal comunicó a Pavlos-Hackney el 11 de marzo que se había emitido una orden de detención contra ella y que tenía hasta el jueves para entregarse. No lo hizo.
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“Esta propietaria ha seguido violando voluntariamente las leyes alimentarias del estado, las órdenes de salud pública y la orden del tribunal, un acto peligroso que puede haber expuesto a docenas de comensales y empleados al virus tras el descubrimiento de que uno de los clientes de Marlena dio positivo por el virus a los dos días de comer allí”, dijo Nessel.
“El MDARD (Departamento de Agricultura y Desarrollo Rural de Michigan) está especialmente preocupado porque la posible exposición se produjo en un restaurante que se niega a cumplir las medidas básicas de COVID-19 exigidas por el Departamento de Salud y Servicios Humanos de Michigan”.
Ted Goodman, el director de comunicaciones del Partido Republicano del estado, que solía trabajar para la Fundación de Noticias Daily Caller, calificó la medida de “abuso de poder” en una declaración obtenida por el Daily Caller.
“Nessel está dispuesta a gastar recursos financiados por los contribuyentes en perseguir a los propietarios de pequeñas empresas que tratan de evitar la quiebra, pero se niega a investigar las muertes de miles de residentes de hogares de ancianos potencialmente causadas por las políticas implementadas por su aliada política Gretchen Whitmer. Es un enorme abuso de poder y muestra cuáles son sus prioridades”.
A mediados de noviembre, el Departamento de Salud y Servicios Humanos del estado prohibió las cenas en interiores en medio de un pico de casos de coronavirus.
Pavlos-Hackney, que escapó de la Polonia comunista cuando era adolescente, decidió mantener su restaurante abierto, colocando un cartel en la puerta principal en el que decía a los funcionarios que su negocio era “constitucionalmente compatible”.
“Bienvenidos. Somos un negocio que cumple con la Constitución. No infringimos los derechos inalienables de nadie. Por ley, no seguimos ninguna de las órdenes o sugerencias del gobernador, del alcalde, del departamento de salud o de otras agencias gubernamentales relativas al distanciamiento social o al uso de máscaras”.
La licencia del restaurante fue suspendida el 20 de enero por el Departamento de Agricultura y Desarrollo Rural de Michigan al desafiar las órdenes del COVID-19, pero Pavlos-Hackney siguió abierto, según Nessel. Un juez confirmó posteriormente la suspensión.
Pavlos-Hackney dijo el jueves a MLive/The Grand Rapids Press que su restaurante seguiría abierto aunque la encarcelaran.
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“Si quieren arrestarme, que me arresten: no voy a cerrar”.
También habría dicho que no “quiere que este país sea un régimen comunista”.
Durante una entrevista en el programa de radio de Glenn Beck, Pavlos-Hackney dijo que tenía que defender sus derechos constitucionales.
“Me mantengo fuerte porque no voy a dejar que el gobierno me intimide o me meta miedo. Voy a seguir luchando por la libertad americana y por mis derechos constitucionalmente protegidos”, dijo Beck, según MLive.
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