Traducido de elamerican.com por TierraPura.org
¿Cómo es que el virus de Wuhan se extendió por todo el mundo y no donde surgió originalmente, China, donde no se ha registrado ni un solo caso en Beijing y Shanghai?
Otra pregunta que queda sin respuesta: ¿por qué China llegó a ser el mayor fabricante mundial de dos vacunas contra el COVID, Sinopharm y Sinovac, y sin embargo sólo se ha vacunado a menos del 2% de su población?
Evidentemente, el gobierno comunista de Xi Jinping va en contra de la lógica de cualquier gobierno, es decir, prefiere vender sus vacunas en el extranjero antes que vacunar a su propia población, lo que nos lleva a otra pregunta: ¿Quién se beneficia realmente de estas vacunas? La respuesta es sencilla y la confirman E. Londoño y L. Casado en The New York Times: “Gracias a sus vacunas, la influencia de China crece en los países latinoamericanos”.
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Un par de ejemplos que ilustran cómo el gobierno comunista de Beijing ha utilizado la pandemia mundial para fortalecer sus intereses en su carrera por convertirse en la mayor potencia hegemónica mundial. El primero de ellos fue en Brasil, donde China logró que el presidente Bolsonaro cediera al gigante de las telecomunicaciones Huawei y desarrollara su proyecto 5G a cambio de la ayuda a sus ejecutivos para que el país amazónico pudiera obtener las ansiadas vacunas.
Otro caso realmente significativo se encuentra en Paraguay, el único país de Sudamérica que tiene relaciones diplomáticas con Taiwán y donde China podría volver a ejercer una fuerte presión sobre el gobierno de Asunción, según ABC Color (2021) -periódico local paraguayo- “Lo que ha preocupado a Washington D.C. es una supuesta insinuación de China continental a Paraguay para que rompa relaciones diplomáticas con la República de China (Taiwán) a cambio del envio inmediato de vacunas contra el COVID-19”.
Ahora bien, desde el ámbito geoestratégico explotado por Xi Jinping en el contexto de la pandemia, basado inicialmente en las máscaras y ahora en las vacunas, cabe preguntarse ¿cuál es la eficacia de estas vacunas chinas contra el virus de Wuhan?
Para ello es necesario repasar brevemente las nuevas vacunas chinas, que son tres: Sinopharm con “Vero”, Sinovac con la llamada “CoronaVac” y, finalmente, CanSino Biologics con la llamada “Ad5-nCoV” en la última fase de ensayos clínicos. CoronaVac es la vacuna que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha aceptado como parte de su programa COVAX, citando su versatilidad logística, a diferencia de la vacuna de Pfizer, que requiere ultracongelación. Sin embargo, hay que tener en cuenta que, según el prestigioso Instituto Butantan de Brasil, CoronaVac sólo tiene una eficacia del 50,38%.
A las vacunas chinas se suman más dudas, ya que las autoridades sanitarias de Perú suspendieron el uso de la Sinopharm después de causar parálisis en los brazos de un paciente. Japón también rechazó CoronaVac para los Juegos Olímpicos, alegando que no quieren promocionarla entre los participantes.
Incluso hay casos más alarmantes, como el de la mujer de 75 años que murió 15 minutos después de ser inoculada con CoronaVac en Hidalgo, México, según Forbes. Asimismo, Bloomberg Asia informó en su cuenta de Twitter que en Hong Kong se registraron 3 muertes tras ser vacunados con la SinoVac. Sin embargo, las grandes corporaciones mediáticas han masificado la noticia de las 3 muertes supuestamente relacionadas con la vacuna de AstraZeneca, pero no con las chinas.
Para cerrar, todos estos datos muestran que las vacunas chinas están cubiertas por un pesado manto de dudas, razón por la cual no fueron aprobadas para su uso en Estados Unidos o Europa, lo que obliga a evaluar seriamente su uso en países latinoamericanos.
Finalmente, todo indica que el gran ganador en este contexto pandémico ha sido la China comunista, que no sólo se beneficia del comercio de vacunas, sino que le permite utilizarlas como una poderosa y eficaz herramienta en la conquista de sus objetivos estratégicos, ergo, China como gran potencia hegemónica mundial, devorará los valores y la cultura del mundo libre.