Por Emmanuel Alejandro Rondón
Las consecuencias de las políticas blandas contra los criminales, luego de que muchos legisladores, fiscales y autoridades se sublevaran ante los pedidos del movimiento marxista “Black Lives Matter”, empiezan a notarse en varias ciudades de Estados Unidos con el aumento de la violencia.
Las agresiones físicas, los tiroteos, los homicidios y el aumento general de la criminalidad es una realidad. El país atraviesa un momento inequívocamente violento desde el verano pasado, cuando las calles se incendiaron en nombre del «racismo sistémico», hasta la furiosa actualidad, en la que diversos departamentos de policías trabajan con muchos menos recursos y las principales autoridades en contra.
Fiscales como George Gascón, el principal del condado de Los Ángeles, son la fiel representación de lo que ocurre en todo el país.
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Mientras en la ciudad de Los Ángeles se incrementan los homicidios y los heridos en tiroteos como también las denuncias y casos contra pandillas, el fiscal decidió que hay que reducir el presupuesto y eliminar las unidades que persiguen a las «bandas duras».
Los homicidios en Los Ángeles aumentaron en un 36,2 % y el número de víctimas en tiroteos también registró un importante aumento del 41,4 % con respecto al 2019, año donde las víctimas fatales por balaceras fueron 253. El Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD) dijo que el 55 % de los asesinatos estuvieron relacionados con las pandillas callejeras.
Pese a ello, el fiscal Gascón está desmantelando la principal unidad que se encarga de los delitos relacionados a pandillas, una medida que coincide con su promesa de flexibilizar el sistema.
En New York se libera a los violentos
New York es otro caso similar, pues los legisladores del estado impulsaron, desde diciembre del año pasado, un proyecto de libertad condicional para neoyorquinos que tengan más de 55 años y lleven más de 15 años en prisión. Esto sin importar el crimen que hayan cometido.
El Daily Wire publicó un análisis al respecto titulado New York libera a delincuentes violentos que luego cometen más violencia. El texto reseña varios casos de criminales puestos en libertad que en las últimas semanas cometieron varias agresiones físicas como la violencia de odio contra asiáticos-americanos y judíos.
«En diciembre de 2020, una veintena de legisladores neoyorquinos impulsaron un paquete que bautizaron como “Hoja de ruta de la justicia 2021”, que incluía el llamado “proyecto de ley de libertad condicional para ancianos”, que exigía que “los neoyorquinos encarcelados mayores de 55 años que hayan cumplido 15 o más años consecutivos sean considerados para la libertad condicional, independientemente de su delito o sentencia”», explicó el medio. «Ese mismo mes, se informó de que “la ciudad de Nueva York ha puesto en libertad a casi todos sus reclusos detenidos por cargos de armas de fuego este año, lo que, según la policía, ha provocado el aumento de los índices de delitos con armas de fuego en la ciudad”».
El resultado de las políticas blandas en New York está a simple vista: la violencia aumentó y con ella llegaron casos emblemáticos como el de Brandon Elliot, un hombre que asesinó a puñaladas a su madre en 2002 y fue puesto en libertad condicional según el Daily Wire. Elliot realizó uno de los ataques contra una mujer asiática-americana en Manhattan.
Otro caso es el de Darryl Jones, quien «atacó a una familia judía un mes después de ser liberado tras declararse culpable de intento de asesinato», dijo el Daily en su análisis.
Por su parte, el New York Post informó sobre este acontecimiento reseñándolo de la siguiente forma: «[un] hombre en libertad condicional por intento de asesinato atacó al azar a una pareja jasídica que paseaba con su hijo de un año en el Bajo Manhattan el miércoles —acuchillando a los tres miembros de la familia, dijeron policías y fuentes policiales».
Pero no termina allí. El Daily Mail también reseñó que un hombre asiático de 68 años fue «agredido violentamente en el metro de Nueva York por un agresor que le gritaba insultos racistas». El medio dijo que el supuesto agresor, Marc Mathieu, ostenta nueve detenciones en su historial criminal y «atacó al azar a Bodhi mientras le gritaba ‘¡Asiático hijo de puta!’, según el testigo George Okrepkie, que ayudó a la víctima hasta que llegó la policía».
Si bien los casos de agresiones físicas contra los asiáticos-americanos o los judíos entran en la categoría de «crimen de odio», no se puede negar que el aumento de la violencia en New York es general. «Además de una pandemia que se cobró más de 25,000 vidas, la ciudad de New York soportó un aumento de la criminalidad en 2020 que le destrozó el alma: un incremento del 97 % en los tiroteos y del 45 % en los asesinatos», reseñó el Daily News. Estas cifras son alarmantes, pues la ciudad no veía una avalancha de violencia tan grande desde hace 14 años.
«Cuando la pelota cayó en un Times Square casi vacío, la policía de Nueva York contó 462 asesinatos en toda la ciudad en 2020, 143 más que en 2019 […] Los tiroteos también aumentaron: los policías contaron 1,531 incidentes de disparos en los cinco distritos, 754 más que en 2019, dijeron las autoridades. En esos incidentes, las balas alcanzaron a 1,868 personas», añadieron en el informe.
Otras ciudades afectadas por el aumento de la violencia
¿Este fenómeno ocurre solo en New York y Los Ángeles? Para nada. Otras grandes ciudades del país llevaron adelante políticas blandas contra criminales y también desfinanciaron los departamentos policiales para redirigir los fondos a subvenciones y programas sociales ¿El resultado? Un aumento de la violencia.
De acuerdo con Fox News, varias ciudades del país se vieron afectadas por el incremento de diversos delitos, como los asesinatos, tras la quita de recursos económicos a la policía.
«Al tener que arreglárselas, los departamentos de policía con presupuestos reducidos y menos apoyo, algunas grandes ciudades han experimentado un aumento a veces drástico de los asesinatos y otros delitos violentos», reseñó el medio en un análisis de datos con ayuda de la agencia The Associated Press.
Minneapolis fue una de las ciudades más afectadas por el aumento de la delincuencia y los asesinatos luego del caso de George Floyd en mayo del 2020. Entre el 11 de diciembre de 2020 y el 28 de marzo del corriente año, «los asesinatos en la ciudad aumentaron un 46%, a 19, en comparación con los 13 reportados durante el mismo período el año pasado», reseñó Fox. «Y retrocediendo más, ha habido un 49 % más de homicidios desde el recorte presupuestario inicial en julio de 2020: 58 asesinatos entre el 22 de julio de 2020 y el 28 de marzo».
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Minneapolis
Minneapolis es la ciudad en la que más se refleja el aumento de la criminalidad de acuerdo con las estadísticas de delitos violentos. Entre el 22 de julio de 2020 y el 28 de marzo, los delitos de este tipo crecieron en un 22 % en la tasa interanual, lo que equivale a 3,692 casos en comparación a los 3,025 casos del año pasado.
En diciembre pasado, el ayuntamiento de Minneapolis aprobó la desviación de $ 8 millones del presupuesto de la policía. Pero esa desviación de fondos sigue estando muy lejos de la opinión de los miembros del consejo municipal que, en junio pasado, mostraron su apoyo a la «disolución del departamento de policía», dijo Fox News.
Portland
Otra ciudad que se vio tremendamente afectada por el aumento de la violencia fue Portland, una de las ciudades que más sufrió las protestas violentas del pasado verano. Los datos reflejan que los asesinatos en balaceras se multiplicaron casi por tres, con un aumento del 270.6 %. Entre julio del 2020 y febrero del 2021 los homicidios registrados fueron 63, mientras que desde julio del 2019 y febrero del 2020 fueron 17.
Entre enero y febrero de este año, Portland registró 17 homicidios, lo que representa un crecimiento del 1,600 % comparado con los datos del 2020 proporcionados por la policía de la ciudad.
Según Fox, «los comisionados de la ciudad votaron a mediados de junio para recortar casi 16 millones de dólares del presupuesto de la policía en respuesta a las preocupaciones sobre el uso de la fuerza y la injusticia racial». Justo el 2020 fue el más mortífero en la ciudad en todo el siglo XXI.
Austin
La capital de Texas también ve elevarse sus índices de criminalidad y violencia. En lo que va del año, Austin ya registró 11 homicidios, uno más que en el mismo período de tiempo del 2020; sin embargo donde sí se registró un aumento más profuso es en los robos agravados, que ya alcanzaron los 524 en comparación a los 415 reportados el año pasado.
El consejo de Austin fue uno de los que más recortó el presupuesto policial en más de 150 millones de dólares, lo que representa un tercio de los $ 434 millones destinados a la policía.
Violencia récord en el país con la complicidad de las autoridades
El año pasado fue especialmente terrorífico en todo el país, siendo uno de los más violentos en décadas.
«La violencia con armas y los delitos con armas de fuego, en particular, han aumentado drásticamente, con más de 19,000 personas muertas en tiroteos e incidentes relacionados con armas de fuego en 2020. Esa es la cifra más alta de muertos en más de 20 años, según datos del Archivo de Violencia con Armas (GVA)», reseñó la revista Time.
Esto no es ninguna sorpresa, teniendo en cuenta que la pandemia aumentó los índices de pobreza y desempleo lo que desmejoró la calidad de vida en muchas zonas del país, afectó la economía y, por ende, a las clases más bajas. La realidad es que el aumento de la violencia está relacionado al contexto.
Es importante resaltar que en la actualidad hay más de 20 ciudades importantes que redujeron los presupuestos de los departamentos policiales de alguna forma, según The Guardian.
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Entre las ciudades que redujeron su presupuesto están New York, Los Ángeles, Chicago, Seattle, Milwaukee y Filadelfia; y el común denominador entre ellas es el aumento de sus índices de violencia, criminalidad y asesinatos.
Las políticas blandas contra criminales y la reducción de los recursos para la policía, de acuerdo con los datos y la ola de violencia registrada, lejos de ayudar a resolver problemas, los recrudece. Es necesario encontrar soluciones más afectivas y prácticas.
Fuente: elamerican.com