Fuente: La Gaceta de la Iberoesfera
El movimiento racial Black Lives Matter, surgido en Estados Unidos y que durante meses saqueó comercios, arrasó grandes ciudades estadounidenses y cuyos disturbios acabaron con una veintena de muertos, ha cambiado radicalmente de postura en menos de 100 días de Gobierno de Joe Biden. Si en el mes de noviembre la organización violenta emitía un comunicado en el que se congratulaba de la victoria del partido demócrata, ahora no parece estar demasiado satisfecha con su gestión.
“Lo que está muy claro es que los votantes negros fueron el factor que inclinó la balanza a favor de Joe Biden y Kamala Harris(…). Felicitamos a Joe Biden por convertirse en presidente, y en particular a Kamala Harris, por convertirse en la primera mujer del país, una mujer negra, en ocupar el cargo de vicepresidenta”. Así sacaba pecho BLM de la ‘victoria’ de Biden y Harris y se atribuía buena parte del resultado como consecuencia de su ‘activismo’. Este comunicado choca frontalmente con los tuits recientemente publicados por el movimiento en los que señala directamente al presidente como el culpable de la inseguridad en “sus comunidades”.
“Biden está enviando más equipamiento militar a nuestros barrios que Trump. Lo habéis leído bien. Nuestras comunidades están siendo ahora más aterrorizadas que con Trump“. Con este mensaje BLM culpa a la Administración Biden de “militarizar” los vecindarios e incita a sus seguidores a que firmen una petición para terminar con el ‘Programa 1033’ que permite la transferencia de equipo militar a la policía para su uso.
La organización mantiene su persecución y señalamiento a la policía estadounidense insistiendo en que la “respuesta a que los negros sean asesinados por agentes” no es “la unión” entre estos dos colectivos y se refiere a los policías como “defensores violentos de la supremacía blanca”.