Por Mamela Fiallo Flor – Panampost.com
Como todo mito y leyenda, hay una base en la realidad y una exageración para la imposición de un relato. Pasaron dos años desde la muerte de George Floyd que sacudió a EE. UU. y el mundo y desató una ola de protestas que se tornaron violentas y pasaron por encima de todas las medidas sanitarias que en el momento fueron impuestos sobre los demás.
Mito 1: el virus se transmite según la corriente política
El funeral de George Floyd fue una cachetada para aquellos que no solo no pudieron despedir a sus muertos en persona sino que tampoco tuvieron la opción de enterrarlos (muchos fueron arbitrariamente cremados) y hubo ancianos que murieron en soledad y se despidieron de sus familias por medio de dispositivos electrónicos
En cambio George Floyd, en medio de la pandemia, tuvo un entierro con honores, como un héroe, sin distanciamiento social y con público, además de su círculo privado.
Incluso la BBC publicó un nota emotiva explicando cómo lidiar con la pérdida de un ser querido sin poder despedirse por causa de las medidas sanitarias. No obstante, luego sacó un artículos sobre el entierro público de George Floyd.
De acuerdo con National Review, este caso fue otro ejemplo de cómo las reglas se aplican de acuerdo con una agenda política e ideológica, y cuando no son útiles a estos objetivos se cambian o se eliminan.
Esto se puede observar en cuanto la muerte de George Floyd ocurrió no solo en medio de la pandemia sino también en pleno año electoral, pero el peligro de contagio en medio de las aglomeraciones tanto en el sepelio como en las protestas pasó a segundo plano. En ambos casos se olvidó el distanciamiento social y se observó a muchas personas sin tapabocas.
Pero la prensa pogre se enfocó en cuestionar los actos de campaña para la reelección del entonces presidente Donald Trump y nada dijo sobre el peligro de contagio en el funeral de Floyd o las manifestaciones por su muerte.
Mito 2: las protestas fueron pacíficas
Otro mito giró en torno al supuesto carácter pacífico de las protestas por la muerte de George Floyd, que incluían el reclamo de desfinanciar a la policía en Estados Unidos.
Muchas sí lo fueron, pero no todas. En teoría, las protestas eran a favor de la comunidad negra. En la práctica, esta comunidad fue una de las más perjudicadas.
«¿De quién son las empresas que están siendo destruidas? Empresas de propiedad de minorías y negras», reclamó Marie Fischer, directora de Project 21, una iniciativa que da voz a jóvenes negros conservadores.
Fueron destruidos barrios y ciudades. Los primeros muertos en la comunidad fueron policías negros como Patrick Downing, en Oakland, California; y el policía retirado de 77 años, David Dorn, en St. Louis, Missouri. Este último acudió al llamado de un amigo cuyo negocio fue saqueado.
Dorn intentó dialogar con los saqueadores para que tomaran consciencia del daño que causaban a su comunidad. Lo que recibió a cambio fue plomo. Su asesino grabó tanto el robo como el asesinato en vivo y lo subió a redes sociales, de manera que pudo ser capturado con evidencia.
Al respecto, Nestride Yumga, una mujer nacida en África, les gritó a los activistas de Black Lives Matter: «Ustedes son los verdaderos racistas». Pues se alimentan de la división racial y terminan perjudicando a la población negra que dicen defender.
No solo «afroamericanos» (negros nacidos en EE.UU.) sino también inmigrantes africanos sufrieron saqueos, vandalismo y ataques violentos en sus negocios y contra sus vidas.
Melaku Antoine, natural de Etiopía, sufrió un saqueo en Filadelfia. Las pérdidas sumaron 80000 dólares en el local que alquilaba. No tenía seguro frente a la destrucción de la cual fue víctima.
No buscan justicia, solo quieren todo gratis, exclamó indignada la propietaria de otro local comercial en el mismo reportaje en Filadelfia.
Vale destacar que la violencia no fue monopolio de la población negra. También hubo personas de otros grupos étnicos involucradas. Por ejemplo, Matthew Lee Rupert, de 28 años, un hombre blanco, fue el primer detenido por un crimen federal durante las protestas, dado que viajó a otro estado, donde participó y organizó disturbios en posesión de explosivos no registrados.
Mito 3: George Floyd fue asesinado por la policía a balazos
Dos años después surgió un nuevo mito. The Washington Post, el tradicional medio estadounidense comprado por Jeff Bezos, publicó que George Floyd había sido asesinado a balazos por parte de la policía.
Pero la realidad es que su autopsia muestra que murió de un paro cardiopulmonar y se encontró que su sangre tenía 11 ng/mL de fentanilo.De hecho, al momento de morir, estaba a su lado su proveedor de drogas. El veredicto estableció que George Floyd murió por causa de la falta de aire que le causó la rodilla del policía Dereck Chauvin sobre su cuello, no por impactos de bala.
Mito 4: la muerte de Floyd tenía motivación racial
La novia del proveedor de drogas declaró ante un tribunal que ella y él eran adictos a los opiáceos. Pero el abogado de él no le permitió declarar, dado que está en la cárcel y estar involucrado en un asesinato podría agravar su pena en prisión.
Eric Nelson, el abogado defensor de Dereck Chauvin, el policía condenado por matar a George Floyd, destacó que Floyd tenía coronavirus, condición que al inicio de la pandemia deterioraba la respiración de los afectados.
Nelson afirmó que una combinación de las poderosas drogas fentanilo y metanfetamina, ambas encontradas en el sistema de Floyd durante una autopsia, y una enfermedad cardíaca no detectada habrían sido lo que provocó el fallecimiento, lo que convertía al proveedor en un valioso testigo de la defensa de Chauvin. Pero no fue posible contar con ese testimonio.
En cuanto a la acusación de que Floyd fue perfilado racialmente, la evidencia muestra lo contrario. Según el testimonio de Maya Santamaría, la propietaria del restaurante cercano a la estación policial llamado El Nuevo Rodeo, George Floyd y el policía Derek Chauvin trabajaron juntos a lo largo de 17 años hasta hacía tres meses antes del lamentable suceso.
«Chauvin fue nuestro policía afuera en servicio durante casi la totalidad de los 17 años que estuvimos abiertos», dijo Santamaría en una entrevista. «Estaban trabajando juntos al mismo tiempo, es solo que Chauvin trabajaba afuera y los guardias de seguridad estaban adentro», detalló.
Mito 5: George Floyd era un santo mártir
Tal como su proveedor de sustancias estupefacientes, el propio George Floyd tenía un largo prontuario criminal. Al momento de su muerte fue detenido por un delito menor. Luego de robar una mercancía y tener la oportunidad de pagarla, se rehusó y después se resistió al arresto.
El historial delictivo de Floyd data del periodo entre 1997 y 2005. George Floyd fue arrestado por cargos de drogas y robo y cumplió una condena en la cárcel.
Floyd fue acusado en 2007 de robo agravado en el que supuestamente colocó un arma en el abdomen de una mujer y exigió drogas y dinero. En 2009 se declaró culpable y recibió una sentencia de cinco años de prisión. Salió en libertad condicional en 2013.
Además, Floyd, en lo personal, dejó un hijo al que abandonó en su infancia. Sin embargo, el presidente Joe Biden acaba de sentar a una hija reconocida de Floyd en la Casa Blanca, junto a su familia para que estuvieran presentes en la firma de una orden ejecutiva que lleva el nombre de George Floyd.
La vicepresidente Kamala Harris, presente también durante la firma, ha reconocido que la orden ejecutiva no sustituye la acción legislativa, y pidió al Senado que apruebe el Acta de Justicia Policial George Floyd.
Por su parte, Biden recordó las protestas de Black Lives Matter y promovió este decreto que alega luchar contra el abuso policial.
Lo que no mencionó fue a los policías negros que murieron durante los disturbios de Black Lives Matter, ni que al momento de morir Floyd, la policía de Mineápolis tenía como jefe a un hombre negro, tampoco que estadísticamente la mayoría de la población negra reclama más presencia policial, no menos.
Pero el dato no conviene al relato.
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