Mamela Fiallo FLor para Panam Post
Mientras el expresidente Donald Trump celebró el fallo de la Corte Suprema y señaló que “Dios tomó la decisión”, la congresista Alexandria Ocasio-Cortez llamó “a las calles” a protestar contra el máximo tribunal.
Llegó el fin del aborto a nivel federal en Estados Unidos. La Corte Suprema le devolvió la potestad al pueblo y a los representantes de cada estado de tomar decisiones en esta materia. Pero para los promotores más radicales del aborto, la descentralización de esta discusión es considerada indignante.
Exigen la imposición. Esta polarización ha posicionado en la opinión pública a dos figuras de la política estadounidense: el expresidente Donald Trump y la congresista Alexandria Ocasio-Cortez (AOC). El primer celebró la defensa de la vida. La segunda hizo prácticamente un llamado a la insurrección.
La legisladora del ala demócrata más izquierdista en el Congreso ha llegado muy lejos con su defensa del aborto al hacer prácticamente un llamado a la insurrección, lo cual es un delito, pues así lo contempla el código 2383:
«Quien incite, inicie, ayude o se involucre en cualquier rebelión o insurrección contra la autoridad de los Estados Unidos o sus leyes, o le preste ayuda o consuelo, será multado bajo este título o pena de prisión no mayor de diez años, o ambas cosas; y quedará inhabilitado para ocupar cualquier cargo en los Estados Unidos».
Luego de que la mayoría de los jueces de la Corte Suprema de los EE. UU. decidió anular el histórico fallo Roe vs. Wade, la legisladora Alexandria Ocasio-Cortez, que se declara abiertamente socialista, marchó frente a la Corte Suprema junto a una turba de simpatizantes del aborto.
De acuerdo con los videos que circulan en las redes sociales, la congresista del Partido Demócrata calificó la decisión del máximo tribunal de los Estados Unidos como «ilegítima» y alentó a los opositores a la misma a salir «a las calles» para mostrar su desaprobación, lo que para muchos representó un llamado a la insurrección.
AOC recauda fondos para financiar abortos
Por medio de redes sociales, Ocasio-Cortez anunció que está recaudando fondos para financiar abortos para que mujeres que viven en estados provida puedan viajar a Nueva York, estado que es estadísticamente más pro aborto.
“La gente morirá a causa de esta decisión. Y nunca nos detendremos hasta que se restablezca el derecho al aborto en los Estados Unidos de América”, manifestó AOC. Lo que no hizo fue incluir a las personas en el vientre de sus madres entre esa «gente».
En respuesta, la representante a la Cámara, Marjorie Taylor Greene, compartió en Twitter el video de Ocasio-Cortez protestando y llamando «a las calles». La republicana de Georgia agrega que esto equivale a lanzar un llamado a «una insurrección» y, por lo tanto, «cualquier violencia y disturbios serán el resultado directo de las órdenes de los demócratas de marchar».
Algunos legisladores se han reunido con grupos que amenazaban con desatar «una noche de ira» en Washington, en caso de derogarse el fallo que imponía el aborto a nivel federal. Entre ellos, el representante de California Ted Lieu, quien sostuvo un encuentro con la agrupación denominada “la venganza de Jane” que se formó luego de la filtración de la opinión de los jueces de la Corte Suprema en mayo.
Dicha filtración desató una ola de violencia en todo el país. Incluso el juez Brett Kavanaugh sufrió un atentado en su domicilio. Todos los jueces provida vieron sus viviendas acechadas. Y al ser la mayoría de ellos católicos, las iglesias en EE. UU. fueron vandalizadas. Una activista proaborto se atrevió a gritar “nosotras matamos a los bebés” mientras los fieles rezaban el rosario.
Trump: «Dios tomó la decisión»
En el lado opuesto del espectro político, el presidente 45 de los EE. UU., Donald Trump, dijo en una entrevista con Fox News que “Dios tomó la decisión”.
Así contestó ante la pregunta de si él fue el responsable del fin del aborto a nivel federal en EE. UU., puesto que él nominó a tres jueces que volcaron la balanza a favor de la vida desde la concepción: Amy Coney Barrett, Brett Kavanaugh y Neil Gorsuch.
Contrario a lo que acusan los promotores del aborto, la decisión de los jueces no es absoluta. «Creo que, al final, esto es algo que funcionará para todos», explica Trump.. “Esto devuelve todo a los estados a los que siempre ha pertenecido”, agregó.
El fallo devuelve a los ciudadanos la libertad de elegir
El juez Samuel Alito señala lo siguiente sobre la decisión de la Corte Suprema: «Terminamos esta opinión donde comenzamos. El aborto presenta una cuestión moral profunda. La Constitución no prohíbe que los ciudadanos de cada estado regulen o prohíban el aborto. Roe y Casey se arrogaron esa autoridad. Ahora anulamos esas decisiones y devolvemos esa autoridad al pueblo y sus representantes electos».
Los tres (de nueve) jueces que objetaron la decisión fueron nominados por presidentes del Partido Demócrata. Los magistrados retratan la creciente radicalización del partido, en cuanto ostentaban que el aborto debe ser “seguro, legal y raro”, aludiendo a escaso. Pero ahora buscan imponerlo a nivel federal y, en los casos donde tienen el poder, lo permiten incluso cuando el feto es viable y dejan desprotegidos a los sobrevivientes, ya que un bebé puede salir con vida en un aborto tardío.
Como el aborto es un tema que desata una alta polarización política, al tratarse de la vida o la muerte, dificulta el diálogo, los consensos y, a menudo, la comprensión. Por eso los activistas proaborto no admiten que se oponen no a la protección de la vida desde la concepción sino a la posibilidad de permitirle elegir a la población. Dado que eso hace la decisión de la corte, devolver la autonomía a los estados y que decidan por votación popular o en los poderes legislativos locales elegidos por los ciudadanos. En esencia, de eso se trata la democracia. Pero, paradójicamente, los demócratas se oponen.
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