Por Kontra Info

Una y otra vez, el magnate informático Bill Gates, es noticia en el sistema de medios de comunicación, siendo siempre citado como “filántropo” y donante compulsivo de fondos para las que invariablemente son descriptas como “causas nobles”. Lo que no se suele decir, es que buena parte de las principales cadenas de noticias internacionales y diarios, en los que se originan dichas noticias, reciben una cuantiosa financiación de la fundación del magnate.

Así fue revelando hace ya varios meses, por supuesto sin ninguna repercusión, por el periodista Alan Mcleod: “Una mirada a la base de datos de la Fundación Bill y Melinda Gates revela cómo el oligarca que influye en la respuesta global a la pandemia ha financiado cientos de medios de comunicación por una suma de al menos U$S 319 millones”.

Y luego detalla: “La Fundación Bill y Melinda Gates ha realizado donaciones por valor de más de U$S 300 millones para financiar proyectos de medios. Los destinatarios de este dinero incluyen muchos de los medios de comunicación más importantes de Estados Unidos, incluidos CNN, NBC, NPR, PBS y The Atlantic. Gates también patrocina una miríada de organizaciones extranjeras influyentes, incluidas la BBC, The Guardian, The Financial Times y The Daily Telegraph en el Reino Unido; destacados diarios europeos como Le Monde (Francia), Der Spiegel (Alemania) y El País (España); así como grandes emisoras globales como Al-Jazeera”.

Veamos una lista de los principales medios y los montos que recibieron:

Centros de periodismo de investigación:

Asociaciones de periodistas:

Universidades que forman periodistas y analistas de temas sociales:

Proyectos educativos y comunicacionales:

Desde el sitio de comunicación alternativo Kontrainfo expusimos, casi en soledad, los nexos de Gates durante décadas con el proxeneta acusado de reiterados abusos de menores, Jeffrey Epstein; su rol como principal financista privado de la Organización Mundial de la Salud, y del proyecto GAVI The Vaccine Alliance (con todo lo que esto implica en la ligazón entre salud pública a nivel global y grandes laboratorios); su llamativa adquisición masiva de tierras de cultivo, al tiempo que propone al mundo dejar de consumir carne y alimentarse de las opciones veganas y “carne sintética” que ofrecen las empresas de las que también es accionista; la financiación de los principales “fact-checkers” globales, como la Red Internacional de Verificación de Datos (International Fact-Checking Network, IFCN), cuyos miembros determinan qué publicaciones son fidedignas y cuáles no (un proyecto del Instituto Poynter para Estudios Mediáticos), Politifact, First Draft, etc.

Con esta información en mano, y la magnitud del dinero en juego, se entiende mejor la afición de los grandes medios de comunicación por pulir la imagen del mentado “filántropo”, y de las redes sociales por censurar buena parte de las noticias críticas sobre su persona.

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