El pasado 9 de junio la OMS salió a negar una información que ellos mismos habían declarado el día anterior, el 8 de junio, cuando dijeron que el contagio del COVID-19 por personas infectadas pero asintomáticas era significativamente menor de lo que se pensaba en un primer momento.
Esta primer declaración fue realizada por la Dra. Maria Van Kerkhove, “Jefa Técnica” del organismo internacional.
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A través de Twitter, Van Kerkhove afirmó “con total seguridad” que el contagio del coronavirus por infectados asintomáticos era muy bajo, lo cual ponía a la OMS en directa contradicción respecto a la comunidad científica internacional, que asegura que alrededor del 30-50% de los infectados son asintomáticos, ergo estos presentarían una mayor probabilidad de infectar a terceros debido a que pasan completamente desapercibidos como portadores del virus. Las últimas investigaciones, de hecho, han revelado que el número de asintomáticos podría llegar hasta el 80% en sociedades más sanas.
A su vez, un día antes de esta declaración pública, la Dra. respondió en una entrevista que “parece raro que una persona asintomática transmita la enfermedad“.
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Al día siguiente, el 9 de junio, las autoridades de la OMS salieron a desmentir no solo a la Dra. Van Kerkhove, si no que al mismo documento publicado por la organización.
En una conferencia de prensa en la que casi no hubo periodistas invitados, la Dra pidió disculpas y admitió que lo que dijo no era cierto:
“Utilicé la expresión ‘muy raros’ refiriéndome a los resultados de un reducido número de estudios que se ocupan de la transmisión del COVID-19 por parte de personas asintomáticas. Fue un malentendido afirmar que las transmisiones asintomáticas son globalmente muy raras”
Ahora la pregunta que surge es por qué la experimentada epidemióloga saldría a hacer una declaración así para desmentirse tan solo 24 horas después.Inclusive el Jefe de Salud Pública de la Casa Blanca de Obama, Andy Slavitt, salió a clarificar esta polémica.
En el hilo, Slavitt explica que la OMS basó estas conclusiones erróneas en un estudio realizado en China donde la muestra fue muy pequeña y seguramente sesgada. Una vez más, el Partido Comunista Chino proveyendo datos que la OMS, como su brazo armado en la comunidad científica, usa para esparcir noticias falsas y generar más confusión.
Exactamente por estas cosas es que el presidente estadounidense Donald Trump ha decidido cortar la financiación anual de 6.000 millones de dólares y abandonar el organismo. De nada sirve financiar una organización cuya cúpula responde a tu principal enemigo geopolítico.
Fuente: Derecha Diario.
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