El Daily Caller publicó un artículo sobre el flamante acuerdo entre EEUU y Taiwán para que la nación insular compre 90 cazas F-16. Según el informe, el contrato establece que, quién fabricará las flotas durante diez años – tiempo estipulado del acuerdo – será la compañía estadounidense especializada en la industria espacial y militar Lockheed Martin.
Este acuerdo lleva un contexto y un par de meta mensajes clarísimos: uno de EEUU en apoyo a Taipéi, otro por parte de ambos países hacia el Partido Comunista Chino (PCCh), que, anteriormente, ya manifestó preocupación por las negociaciones de este acuerdo americano-taiwanés.
Quién reveló la información de que el comprador es Taiwán fue la Agencia AFP. El pentágono ya había anunciado la venta de la flota de 90 F-16, pero no se había oficializado el comprador. La agencia de noticias mencionó que la filtración de que Taiwán es el comprador de la flota llegó de alguien cercano a la compra.
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Otro que se hizo eco de la revelación de la AFP fue el medio Asia Times, que añadieron un dato clave: Taiwán no compraba una flota de estas aeronaves desde el año 1992. El acuerdo es histórico por múltiples motivos, incluyendo el tiempo sin adquirir este tipo de naves, sumado al delicado contexto de relaciones internacional entre el triángulo Pekín-Washington-Taiwán.
Este acuerdo, además, no es algo que haya sido repentino, el año pasado EEUU había aprobado a Taiwán como comprador de 66 aviones; pero el actual negocio aumenta considerablemente el número de F-16; todo en medio de los diversos conflictos diplomáticos y políticos.
EEUU y los conflictos con China
No hay que olvidarse de como la Administración Trump ha enfocado últimamente su política exterior en Asia: a favor de Hong Kong / Taiwán y contundente contra China. Se ha apreciado – en términos de retórica y de sanciones – como desde la Casa Blanca se ha despreciado el intento del PCCh por socavar las libertades de la región especial de Hong Kong y de la isla taiwanesa, sin mencionar las diferentes acusaciones por parte de Estados Unidos – con pruebas de agencia de inteligencia – de la responsabilidad de China en la proliferación del coronavirus y el pésimo manejo de la pandemia.
Como se puede leer en el Hindustan Times, un portal web de India publicado en inglés, «el año pasado el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Hua Chunying, argumentó que las ventas de armas estadounidenses a Taiwán violan gravemente el principio de una sola China». Cabe remarcar que, pese a que Estados Unidos reconoce el principio de «una sola China», siempre ha colaborado con Taiwán en términos militares y diplomáticos. Tanto es así que es su principal proveedor de armas y aliado internacional.
Taiwán, como isla autogobernada, tiene todo para ser un país reconocido internacionalmente, el problema principal es que los organismos internacionales – como Naciones Unidas – tienen una injerencia muy grande de Pekín. Actualmente, el Partido Comunista Chino, tiene el primer o el segundo cargo más importante en un total de 11 de 15 agencias especializadas de la ONU. Un número que demuestra como China ha ido creciendo y dominando espacios en los organismos multilaterales más importantes.
En ese sentido, el 2020 ha sido revelador, con la pandemia generada por la COVID-19 y los resultados diametralmente opuestos entre los manejos de Taiwán y China, se esperó que la isla tuviera mayor incidencia en agencias como la Organización Mundial de la Salud por sus éxitos combatiendo al virus pese a estar al lado del primer epicentro, pero ocurrió todo lo contrario: la OMS se puso del lado de China durante toda la pandemia y jamás atendió recomendaciones o llamados de Taipéi. Toda esta situación llevó, entre otras muchas razones, a que Estados Unidos tomara la decisión de retirarse de la OMS.
Las polémicas fueron diversas, Taiwán advirtió por correo a la OMS de un nuevo virus desde antes que China anunciara los primeros contagios, además, se trató de invisibilizar el éxito taiwanés mediáticamente; por si fuera poco, no se invitó a la isla a que formara parte de los eventos de salud más importantes del año. Esto ha traído diversos cuestionamientos, no solo a los organismos, sino también al régimen chino que, por primera vez, fue señalado por múltiples potencias de Occidente por afectar globalmente al mundo. Agencias de inteligencia alemana, de Reino Unido y estadounidenses señalaron abiertamente la responsabilidad de China en cuanto a la primera ola de contagios del coronavirus por el planeta.
Preludio de una Guerra Fría
En el portal Asia Times también se revelan las características de las cazas adquiridas por Taiwán, se señala que «los F-16 de Taiwán estarán equipados con un radar de control de fuego de primera línea fabricado por Northrop Grumman Corp». Estos radares, denominados APG-83, permitiría disparar municiones guiadas con gran precisión a mayores distancias. La compra de Taiwán busca mejorar y actualizar sus defensas con naves más sofisticadas y desarrolladas. El portal también señaló que Marruecos estaría comprando, de este primer tramo de 90 aviones, unas 24 aeronaves.
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No hay que olvidarse del contexto, Beijing ha destruido el modelo «un país dos sistemas» hongkonés y ha amenazado con destruir las libertades de Taipéi si estos amenazan con acercarse a su independencia. Por lo que un refortalecimiento de sus defensas con armas más modernas promete escalar aún más el conflicto diplomático. El Partido Comunista Chino ha mostrado mucha determinación al momento de destrozar sus amenazas internas.
También hay que recordar un punto clave en esta transacción y tiene que ver más con decisiones políticas y promesas de campaña: Tsai Ing-wen, la presidente taiwanesa, quién logró su reelección en enero del presente año, impulsó como propuesta de gobierno aumentar el presupuesto total de defensa nacional en un 5,2 %.
Si bien la negociación entre ambos países para sellar el acuerdo llevaba mucho tiempo, e incluso pasó por muchos sobresaltos y estuvo cerca de caerse, el aceleramiento del mismo pacto tiene todo el sentido del mundo porque le conviene a ambos gobiernos: Tsai Ing consigue cumplir una propuesta de gobierno, mientras que Trump le da un mensaje a China y respalda su política exterior como punto fuerte en su gestión, y tanto Taipéi como Washington logran fortalecer sus relaciones como aliados.
Fuente: Panam Post