Al igual que muchos aspectos de la respuesta de Estados Unidos a la pandemia de coronavirus, la izquierda ha convertido el lanzamiento de la vacuna en un debate político. Es decir, ha pasado su tiempo priorizando la raza sobre los riesgos de salud comprobados para determinar quién debe recibir la vacuna primero.
Con su último comentario sobre el asunto, es posible que el presidente Joe Biden haya ido demasiado lejos para sus aliados liberales.
“No todo el mundo en la comunidad hispana y afroamericana, particularmente en las áreas rurales que son distritos distantes y/o barrios marginados, sabe cómo conectarse para determinar cómo ponerse en la fila para recibir la vacuna contra el COVID”, dijo Biden durante un foro televisivo de CNN el martes por la noche en el Teatro Pabst en Milwaukee.
Eso definitivamente parece como si el presidente estuviera diciendo que cree que ciertos grupos minoritarios no saben cómo usar el Internet.
“‘Las minorías … no saben cómo usar, cómo conectarse””, escribió el exasesor de Donald Trump, Steven Cheung, citando a Biden.
“@JoeBiden está perpetuando un tropo racista de que las minorías no saben cómo usar Internet”.
Mark Dice, analista de medios conservador y autor de “Hollywood Propaganda”, definitivamente entendió los comentarios de Biden de esa manera.
“Joe Biden dice que la gente negra y los hispanos no saben cómo usar Internet y no saben dónde vacunarse”, tuiteó.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades emitieron normas que aconsejan a los estados priorizar la raza en sus planes de lanzamiento de vacunas.
“Como resultado, la mitad de los estados de la nación han delineado planes que ahora dan prioridad a los residentes negros, hispanos e indígenas sobre los blancos de alguna manera, a medida que comienza el lanzamiento de la vacuna”, el Daily Mail informó en diciembre, citando un informe de Kaiser Family Foundation.
Además de la naturaleza racista de esos planes, el editor emérito de Daily Wire, Ben Shapiro, dijo que ignoran por completo la ciencia y probablemente causarán más muertes.
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“Esto no solo es obviamente racista; pasa a generar una política que mata a más personas negras en términos absolutos”, dijo en una columna sindicada en diciembre. “La edad es un indicador mucho mejor de la vulnerabilidad al COVID que la raza: como descubrió el Dr. Gbenga Ogedegbe, de la Facultad Grossman de Medicina de la Universidad de Nueva York, los pacientes infectados mueren al mismo ritmo independientemente de la raza”.
“Esto significa que si se administran cantidades de la vacuna a los pacientes en función de preocupaciones raciales en lugar de preocupaciones por la edad, las poblaciones negras y latinas más vulnerables — personas de edad avanzada y latinos — tienen más probabilidades de morir para que los jóvenes negros y latinos puedan recibir una vacuna contra una enfermedad a la que probablemente sean 10 veces menos vulnerables”.
Una vez más, vemos que el deseo de ser “concientizado” está cegando a los funcionarios de salud pública que se preocupan más por su imagen que por salvar la mayor cantidad de vidas posible.
En un aparente intento de defender la decisión de dar prioridad a las minorías en lugar de a los ancianos, Biden ahora ha extendido los estereotipos raciales y ha sugerido que las minorías no pueden realizar tareas simples online.
La afirmación del presidente no solo es insultante sino también falsa, según un artículo de 2019 del Centro de Investigación Pew. Aunque es menos probable que los hispanos y los afroamericanos posean una computadora física, “tienen dispositivos móviles como teléfonos inteligentes en porcentajes similares a los de la gente blanca”, dijo.
La encuesta de Pew encontró que el 82 por ciento de los adultos blancos, el 80 por ciento de los adultos negros y el 79 por ciento de los adultos hispanos dijeron que tenían un teléfono inteligente.
Además, sin duda hay adultos mayores blancos que no tienen acceso a Internet. Si Biden hubiera dicho, “Hay algunos miembros mayores de nuestra comunidad que no saben cómo registrarse para las vacunas”, eso habría sido más preciso y menos racista.
En cambio, distinguió públicamente a los hispanos y afroamericanos. Este es otro ejemplo de la izquierda priorizando las políticas de identidad sobre vidas humanas.
Fuente: The Western Journal
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